Desde la mañana que despertamos de un profundo sueño empezamos a tomar decisiones, abrir los ojos, vemos la hora, levantarnos, darle gracias a Dios por estar vivo, bañarnos, que crema vamos a utilizar, que ropa nos vamos a poner, desayunar o no desayunar, toda nuestra vida se basa en tomar decisiones. Asumir el reto de solucionar problemas o simplemente dejarlos pasar o dejar que te agobien, es también una decisión. En un día cotidiano todos sabemos que tendremos buenas y malas noticias, proyectos realizados y proyectos frustrados. Pero siendo realistas, no podemos echar la culpa de nuestra tristeza o infelicidad a todo lo que pasa a nuestro alrededor, nuestra felicidad no puede depender de lo que haga o deje de hacer una persona importante para nosotros, si influye pero no es saludable que la determine. Ser feliz es una decisión, encarar los problemas y salir triunfante de ellos no solo consiste en que salgan bien o mal, sino que tengamos la firme convicción que has dado lo mejor de t