Como todos los años, en el mes de enero muchas personas acostumbramos realizar un recuento del año anterior y plantearnos nuevos propósitos para alcanzar nuestras metas personales, laborales, profesionales.
Es importante tener esos buenos hábitos, pero también es importante que las metas que nos planteemos sean alcanzables, sean bien pensadas y no establecidas por pura presión social, porque toca hacerlo o simplemente porque te preguntarán los demás cuales son, lo que me lleva a reflexionar sobre dicho tema antes de plantear las metas es que las metas sean:
1. Lo suficientemente sólidas:como para decidirte a luchar por ellas y trabajar día a día para alcanzarlas, es decir no darnos por vencidos a pesar de que veamos dificultades para lograrlas.
2. Realmente deseadas: No nos dejemos presionar por las metas que son comunes, como adelgazar, ser buenas personas, sacra buenas notas y otras, si en nuestro corazón no está el deseo de alcanzarlas simplemente no lo hagamos pues si no las deseamos no estaremos motivados para alcanzarlas y estas se convertirán solamente en una frustración mas en nuestra vida.
3. Realistas: Es decir necesitamos hacer un análisis como estamos y que necesitamos para lograrlas, es decir una meta a largo plazo no puede ser solamente una meta, sino que necesitamos analizar nuestro entorno y definir si nuestra meta a corto o mediano plazo es la mas real y la que estamos próximos en nuestra capacidad para alcanzar.
4. Que te ayude a encontrarte con tu esencia: alguien me dijo una vez que no me olvidara de ser yo misma, es decir con el tiempo somos la hermana, la mamá, la tía, la esposa, la doctora, la licenciada, la señora, y que se yo otros títulos más, pero toda meta debe llevarnos a conectarnos con nuestra esencia sin dejar de ser nosotros mismos, esa persona que hemos sido desde siempre en nuestro interior, ya sea soñadora, entusiasma, luchadora, trabajadora y a conectarnos con nuestro yo interno y externo.
Y finalmente sea cual sea nuestra meta siempre tener claridad de que sea lo que sea que hayamos elegido puede no resultar pero recordar que no se mueve ni una hoja de un árbol si no es por voluntad de Dios, recordar que nosotros debemos trabajar esforzarnos por sembrar la planta, darle agua, podarla pero lo demás lo hará Dios y siempre encomendar a él nuestros proyectos y metas.
Te deseo que tengas siempre tus metas bien claras por cumplir y sueños por los cuales trabajar día a día y sobretodo muchos logros que disfrutar al lado de tus seres queridos.
Feliz año 2019
Susana Mejía de Acosta
Psicóloga
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