Desde la mañana que despertamos de un profundo sueño empezamos a tomar decisiones, abrir los ojos, vemos la hora, levantarnos, darle gracias a Dios por estar vivo, bañarnos, que crema vamos a utilizar, que ropa nos vamos a poner, desayunar o no desayunar, toda nuestra vida se basa en tomar decisiones.
Asumir el reto de solucionar problemas o simplemente dejarlos pasar o dejar que te agobien, es también una decisión. En un día cotidiano todos sabemos que tendremos buenas y malas noticias, proyectos realizados y proyectos frustrados. Pero siendo realistas, no podemos echar la culpa de nuestra tristeza o infelicidad a todo lo que pasa a nuestro alrededor, nuestra felicidad no puede depender de lo que haga o deje de hacer una persona importante para nosotros, si influye pero no es saludable que la determine.
Ser feliz es una decisión, encarar los problemas y salir triunfante de ellos no solo consiste en que salgan bien o mal, sino que tengamos la firme convicción que has dado lo mejor de ti.
Que tenías un plan y no salió como querías...replantéate otro y decide ser feliz.
Que no recibiste la llamada que esperabas...llama a alguien que si sepa valorar escucharte y decide ser feliz
Que te entusiasmaste con un proyecto y hubo muchas pruebas en el camino...piensa en lo fuerte que has sido y decide ser feliz
Que tienes que tomar una decisión entre dos cosas buenas, pesa las posibilidades y decide ser feliz, porque ha sido tu decisión y nadie ha decidió por ti.
Que no tienes otras opciones, solo decide ser feliz con esa única alternativa, porque nadie lo va a hacer por ti.
Esta noche cuando vayas a la cama y pienses en todo lo bueno y malo que te ha pasado, solo decide ser feliz, con o sin planes frustrados. No digo que no tengas derecho a sentirte mal, es bueno darte tu espacio para llorar, desahogarte o hacer catarsis, pero después sacúdete las rodillas y sigue siendo feliz.
Dios nos ha mandado al mundo por una misión especial decide ser feliz no solo al verla cumplida, sino desde que la estás realizando, decide ser feliz ya, ahora, un día a la vez...Decídete a ser feliz y responsable de tu felicidad.
Escrito por: Susana Rocío Mejía García
San Salvador, domingo, 21 de octubre de 2007
Uno ocho de febrero del dos mil doce a las tres de la tarde recibí esa hermosa noticia que muchas mujeres esperan con ansias y otras que como yo son sorprendidas en un día cotidiano, la respuesta "positiva" estaba embarazada y llevaba en mi vientre a ese bebé que estaba formándose. Pero a pesar de la alegría sabía que apenas tres meses atrás había recibido un tratamiento de yodo radiactivo por lo cual tenía terminantemente prohibido quedar embarazada por el efecto de la radiactividad en mi cuerpo la cual duraría aproximadamente un año, por eso y otras cosas mas los pronósticos médicos no eran nada alentadores y para poner a llorar a cualquiera pero mientras escuchaba dichos pronósticos solo dejé de escuchar a mi alrededor y en mi mente todo se volvió silencioso mientras mi corazón se aferraba a la promesa "Dios tiene la última palabra" pues ese mismo día escuché lo mas lindo que una mujer puede escuchar en la vida: por primera vez escuchar el corazón de tu hij
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