Al inicio o final de cada año muchos nos acostumbramos después de hacer el recuento del año que finaliza nos colocarnos “metas”, y nos prometemos cumplirlas una por una, pero a medida que pasa el tiempo muchos vamos olvidándolas, desistiendo o simplemente dejándolas para después y no falta quienes postergan dicho esfuerzo para convertirlas en propósitos del próximo año.
No importa como sean tus metas, grandes, pequeñas, cercanas o lejanas, pero hay dos ingredientes principales que debemos tener en cuenta para alcanzarlas: y estos ingredientes son la CONSTANCIA Y la PERSEVERANCIA, al principio no entendí cual era la diferencia entre ellas dos, porque según el diccionario de la lengua española, “Constancia” es: firmeza de ánimo, certeza o exactitud de un hecho, a diferencia de que la “Perseverancia” es: persistir en algo, durar, continuar. Si bien son dos cosas distintas, una se deriva de la otra, pues es probable que al principio tengamos constancia, pero como sabemos no todo es fácil, cualquier meta requiere un esfuerzo y allí entra la perseverancia ya que es el resultado de la constancia.
Y al final veremos que lo importante de alcanzar las metas no es en si llegar, sino saber disfrutar cada esfuerzo, cada día que nos levantamos temprano para cumplir paso por paso para llegar a ese fin, meta u objetivo, aun que hayan días que deseemos desistir, agregarle un constancia y perseverancia y verás que lo mejor de todo es “saber que hemos vencido nuestros miedos” y que si hemos puesto de nuestra parte veremos que la clave para no desistir es EL AMOR que le pongamos a cada esmero, cada día que trabajemos y disfrutemos el esfuerzo por alcanzarlas, ya sea que al final las alcancemos o no, como dice un pensamiento de un autor desconocido “tu has lo posible , que Dios se encargará de lo imposible”.
Escrito por Susana Rocío Mejía Gracía el 13 de enero del 2008
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar los articulos de éste blog! Muchas Bendiciones para ti!!!